INFRAESTRUCTURA DE EVACUACIÓN DE CENTRALES DE PRODUCCIÓN DE ENERGIA. EL BOP Y SU IMPORTANCIA ECONÓMICA EN LA VIDA DE UN PROYECTO
INTRODUCCIÓN
En cualquier
proyecto en el que se tiene la necesidad de adquisición de un transformador se
tienen en cuenta las características eléctricas, basándose en la carga que
tiene que alimentar, la tensión de la red, la impedancia de la red, etc.
Es menos frecuente que, en dicho proyecto, una vez caracterizado, se haga una valoración de la elección adecuada en cuanto a su rentabilidad económica. Lo habitual es que se fije el tipo, quizá marca y modelo, con la indicación “o similar”, sin entrar en más detalles. Quizá se incluya el indicado por el fabricante que ha colaborado en la elaboración del anteproyecto.
Que esto suceda en
una obra que contenga un transformador o varios de distribución es, hasta
cierto punto, comprensible, dado que el diseño de la subestación transformadora
o centro de transformación suele formar parte de un proyecto de alcance más
amplio y supone un porcentaje relativamente pequeño de la instalación
eléctrica, y todavía menor si se considera el conjunto de instalaciones o
incluso el proyecto global de construcción.
En cambio, no tiene
ningún sentido en el caso de tratarse de una instalación de producción de
energía. Las compañías eléctricas tradicionales saben bien lo importante que es
la evaluación económica a la hora de la elección del transformador y la línea
de evacuación. Compañías con menor tradición técnica, o incluso de reciente
creación o con una clara orientación financiera, no tienen en cuenta este
efecto debido a que realizan un encargo a una ingeniería externa y basan casi
toda la decisión en la inversión inicial, economías de escala, alianzas con
fabricantes, etc.
En este sentido, es
frecuente encontrar promotores solares que contratan por ratio €/Wpico, o €/MW
en el caso de la promoción eólica. Evidentemente en estos casos, cuanto menor
es la inversión inicial más se encaja el número, sobre todo teniendo en cuenta
que la infraestructura de evacuación del parque de producción de energía suma
económicamente al objetivo y por lo tanto, es el factor diferenciador entre los
EPCistas licitadores. Este efecto se multiplica si el promotor no tiene
intención de explotar el parque sino de venderlo una vez construido.
En el caso de las
plantas solares, otro factor que claramente abunda en el efecto comentado es
que se hace responsable del rendimiento de la planta, y por lo tanto, del
diseño, al EPCista, el cual garantiza por contrato durante un periodo de
rendimiento (PR) superior a uno prefijado. Dicho periodo es bastante inferior a
la vida útil de la planta, y se basa fundamentalmente en la tecnología de los
paneles solares y en su disposición física, pero rara vez en el mantenimiento
del transformador.
Es por tanto muy
importante, sobre todo en centrales de producción de energía, considerar el
coste integral de la infraestructura de evacuación (línea y subestación), tanto
en el momento de la construcción, como durante la explotación y mantenimiento
de la central.
El elemento que más
impacta en el análisis económico integral es el transformador.
EL COSTE DEL
TRANSFORMADOR
Hay tres sumandos
en el coste de un transformador, el coste de adquisición, el coste de las
pérdidas y el coste de operación y mantenimiento.
Coste de
adquisición
El coste de
adquisición es, como se ha indicado anteriormente, el que únicamente se
considera generalmente en las plantas de energías renovables, sobre todo en el
caso de compañías financieras, que no tienen un verdadero interés en la
explotación de la planta. Este coste
depende de muchos factores, sobre todo del precio de las materias primas en
general, y los metales en particular. Los componentes principales de un
transformador son:
- Núcleo
- Devanados
- Aislamientos
- Sólidos
- Líquidos
- Regulador
- Bornas
- Refrigeración
- Protecciones
El núcleo, formado por hierro magnético, divido en chapas pegadas para evitar pérdidas por corrientes de Foucault, generalmente de grano orientado (formado en laminadoras de hierro), con aditivos variables. Es, por tanto, el precio del hierro, como materia prima, fundiciones, acerías e industria del mecanizado lo que tiene mayor influencia.
Los devanados,
formados por Cobre o Aluminio, generalmente, aunque pueden presentar algunos
componentes adicionales, deben su precio, como en el caso anterior a la materia
prima, pero también a la tecnología empleada en su fabricación. Existen muchas
técnicas de construcción de los devanados. Depende de la tensión y potencia,
pero también de la mano de obra, papel, madera, etc. Sigue siendo su
fabricación muy “artesanal”, en general.
El aislamiento
también tiene importancia en el precio final del transformador. Es frecuente
que sea más caro el de aislamiento seco (generalmente resina epoxi), pero hay
limitaciones en cuanto a tensión y potencia. Generalmente tiene menores costes
de mantenimiento, pero es más difícil generalmente la detección de fallos
tempranos.
En cuanto al resto
de componentes tienen menos impacto económico, pero evidentemente la mejora de
la calidad (con el correspondiente incremento de precio), suele repercutir en
una mayor disponibilidad del equipo y menores costes de mantenimiento. Hay que
llegar a un compromiso entre ambos efectos.
Coste de
explotación
El coste de
explotación se debe fundamentalmente a las pérdidas de potencia activa en los
materiales que forman el transformador. Varían en función de la temperatura,
humedad, carga del transformador, etc.
El rendimiento del
transformador es función del índice de carga con el que trabaja, por lo que la
elección de la potencia del mismo, debe depender no solamente del total de
cargas, o en el caso de una planta de generación, de la potencia generada. El
fabricante debe proporcionar unas curvas de rendimiento en función del grado de
carga. Generalmente se presenta el máximo para valores inferiores a la unidad.
A lo largo de la vida útil de un transformador, se puede amortizar el
incremento de precio que supone la elección de una potencia mayor a la
estrictamente necesaria por potencia de la instalación.
También ha de
tenerse en cuenta que la propia vida útil del transformador es función del
grado de carga. Un valor típico de vida útil de un transformador son 20-25
años, con un grado de carga próximo al 100 %
El coste de las
pérdidas en carga es muy importante a la hora de evaluar económicamente un
transformador frente a otro. Hay que tener en cuenta que si se aumenta la
sección de los devanados, para tener menores pérdidas en el cobre (o aluminio),
se incrementa también el precio.
El resto de costes
de explotación, como puede ser la explotación y mantenimiento dependen
fundamentalmente de la aparición de averías, ya que mantenimiento preventivo es
similar para cualquier subestación. P. ej. en el caso de generación muy
variable, que necesite mucho uso del regulador, precisará un mayor
mantenimiento de éste. La calidad del mismo puede ser decisiva en la
disponibilidad del parte. Una muy buena regulación de la tensión en los
generadores eólicos, por ejemplo, permitirá un uso mucho menor del regulador de
tensión del transformador (jansen).
RESUMEN
En la evaluación
económica de la inversión de cualquier proyecto, pero especialmente en una
planta de generación, y dadas las condiciones del mercado actual, más incluso
de generación renovable, es imprescindible una elección de los transformadores
teniendo en cuenta no solamente el coste de adquisición, sino también del coste
de explotación y mantenimiento.
El mercado tiende a
externalizar la decisión al EPCista en el caso de las plantas fotovoltaicas, el
cual no tiene, salvo algún condicionante contractual, un interés especial en la
explotación.
El transformador
más barato desde el punto de vista global, no tiene por qué ser el que tiene un
coste de adquisición más barato.
La calidad de los
generadores también influye en los costes de operación y mantenimiento de la infraestructura
de conexión, y por lo tanto en el rendimiento final de la instalación a lo
largo de toda su vida útil.
Fernando Jiménez
Córdoba
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